De Donde Venimos
La adaptación audioprotésica tenía que ser más que un complemento a la óptica, que era donde se realizaba en aquel momento dicha actuación. Las personas con deficiencia auditiva se merecían un trato especial, diferenciado del trato de la óptica, ya que no dejaba de ser un producto auxiliar para ellos. Había un gran desconocimiento de las características técnicas de los audífonos, de sus posibilidades de aplicación y de todo ese mundo en general. De esta premisa surgió la necesidad de formar a especialistas y profundizar en el tema. –Angel Cámara–
Los niños eran esa parte de la población de la cual los audioprotesistas no se ocupaban. Por desconocimiento, las adaptaciones pediátricas eran en forma y funcionalidad igual a las de los adultos. No se entendía que los niños necesitaban otros requerimientos. Desde la misma exploración hasta la fabricación e instalación de los moldes adaptadores y los audífonos, todo tenía que ser diferente, y por ello empezamos a trabajar con los más pequeños para darles el servicio óptimo. Estábamos en colaboración con otorrinos, pediatras, CREDAS, asistentes sociales, psicólogos, logopedas y otros profesionales de apoyo para conseguir recuperar niños con dificultades muy importantes y posibilitarles una vida con la máxima normalidad. De nuevo pioneros en el país. –Angel Cámara–